Camioncito
Jesús Daniel Palma Ocaña.
Se encontraba la calaca ya desesperada,
pues llevaba cuatro horas esperando que llegara
el camioncito a la parada.
¡Oh!, cuál fue su sorpresa que al llegar al camioncito
los de medicina se colaban
quedando fría e inerte al ver como el carro se alejaba.
¡Hay pobre calaquita pal´otro camioncito te toca ir parada!
Estudiante del 5º “C” de la Licenciatura en Médico Cirujano – UO – UNAM
La muerte reprobada
Jesús Daniel Palma Ocaña.
La catrina pa´quitarse el estigma que cargaba,
a estudiar medicina se dedicaba
pero ni teniendo tantos huesos, Anatomía aprobaba.
Estudiante del 5º “C” de la Licenciatura en Médico Cirujano – UO – UNAM.
La muerte en el CÍrculo de Lectura
Jesús Daniel Palma Ocaña.
La muerte al Circulo de Lectura se inscribió,
muchos libros leyó y poemas recito,
y después de tantos siglos esta flaca
más que nunca viva se sintió.
Estudiante del 5º “C” de la Licenciatura en Médico Cirujano – UO – UNAM
El Licenciado Arturo
Jesús Daniel Palma Ocaña.
El Licenciado Arturo en su oficina se encontraba,
cuando de pronto recibió una visita inesperada,
era la huesuda que a su puerta le tocaba.
Muchos libros a la flaca el licenciado le enseñaba.
“Muy bonitas tus lecturas, pero aun así te tengo que llevar”,
dijo la muerte sin chistar.
Estudiante del 5º “C” de la Licenciatura en Médico Cirujano – UO – UNAM
Dra. Candy
Claudia Paola Martínez Hernández.
Pobres almas en desgracia la muerte pensaba,
pues a la Olmeca llegaba
y los estudiantes miraba:
¡Miedo no presentaban!
La huesuda asombrada,
quedo inerte,
al ver a todos asustados,
pues, en Anatomía estaban reprobados.
La flaca pálida no encontró qué más hacer,
pues en su labor la habían taimado.
Decidida se marchó,
pues esas almas en apuro,
en manos de la doctora Candy
muertas estaban seguros.
Estudiante del 1º “B” de la Licenciatura en Medido Cirujano – UO.
Dra. Dulce
Claudia Paola Martínez Hernández.
La catrina había llegado,
a la olmeca decidida,
por alguna alma perdida.
Pero, se llevó una gran sorpresa,
Salud Mental le había ganado con destreza,
reprobados todos sin quedar un alma ilesa.
La catrina asustada a la Doctora Dulce se acercaba,
con locura un psiquiatra necesitaba,
y, tal vez, pastillas para no estar decepcionada.
Estudiante del 1º “B” de la Licenciatura en Medido Cirujano – UO.
Juan
Manuel Alberto De La O Peralta
En la Olmeca, Juan estudiaba con gran destreza,
entre libros antiguos y mañanas de nobleza.
La calaca llegó, con su danza y tristeza,
«En el reino de los muertos, tu alma será pieza.»
Estudiante del 3er. Semestre de la Licenciatura en Energías Renovables
La Olmeca
Geraldine Montejo Sánchez.
En las aulas de la Olmeca la risa resonaba fuerte,
estudiantes y docentes unidos en la muerte,
en el eterno aprendizaje, encontrarán su suerte.
Estudiante del 1er. Semestre de la Licenciatura en Dirección y Administración de Empresas.
Profesor Padilla
Geraldine Montejo Sánchez.
En la Universidad la sabiduría florecía con fervor,
pero la parca llegó con su frío resplandor.
Profesor Padilla, sabio con gran labor,
«en el libro del más allá”, escribirás con honor.
Estudiante del 1er. Semestre de la Licenciatura en Dirección y Administración de Empresas.
Maestro Arturo
Alejandra Isabel Pérez Hernández.
El maestro Arturo llegó con entusiasmo a su clase de lectura,
sin esperar que ahí dentro le esperaba una tortura.
Vestida de negro como de costumbre le esperaba la huesuda,
con los brazos cruzados y su libro de lectura.
El maestro Arturo con voz temblorosa inició su lectura,
ignorando a su visita imprevista, pero ella no le quitaba el ojo de encima,
le señaló y reclamó “sola llegué, pero acompañada me iré”.
El maestro asustado cambio de libro, a la huesuda aburría
y hasta el sueño la consumía, sin darse cuenta ella ya dormía
y el maestro Arturo de ella huiría, sin saber que de la huesuda se salvaría.
Estudiante del 3er Semestre de la Licenciatura en Ingeniería Petrolera.
La muerte en los pasillos de la Olmeca
Alejandra Isabel Pérez Hernández.
Por los edificios de la Olmeca pasea la muerte,
buscando un flojo o un burro que pudiera llevarse.
Y aunque la búsqueda era inminente
llego en viernes,
por lo que no pudo llevarse ni al intendente.
Estudiante del 3er Semestre de la Licenciatura en Ingeniería Petrolera.
El día de muertos
Selina Calcáneo Ruiz
En el Día de Muertos, la Catrina se despertó,
Con su vestido elegante, al panteón se dirigió
en busca de su esqueleto, lo buscó y lo buscó,
pero se le olvido y dijo: ¡Estos son más listos que yo!
Con risa en la boca y flores en la mano,
buscó entre las tumbas, en vano, en vano.
«¡Ay, Catrina mía!», exclamó con pesar,
«Te has quedado sin cuerpo, ¡qué despiste tienes al andar, al andar!»
Así, entre risas y bromas, la Catrina siguió,
Celebrando el Día de Muertos, sin culpas ni temor.
Estudiante del 3er. Semestre de la Licenciatura en Ingeniería petrolera.
Día de muertos
Selina Calcáneo Ruiz
En el Día de los Muertos, en mi tumba estaré,
Con mi esqueleto bailando, sin verme cantaré.
Pediré calaveritas, café y pan de muerto,
Si no me los traen, quedaré hambriento boquiabierto.
Estudiante del 3er. Semestre de la Licenciatura en Ingeniería petrolera.