¡Cuánta emoción hay en mi corazón! Tantos recuerdos que se agolparon en mi mente en el preciso momento de llegar a la Universidad después de tantos años.

Por un instante me transporté a 1992-93, cuando con mi estimado Emilio de Yguartua y mi querida Adelicia Suárez, junto con un grupo de visionarios y otros tantos soñadores, fundábamos la Universidad Olmeca, comenzando labores en una casa adaptada e impartiendo clases en un colegio que nos prestaba sus instalaciones… Un tiempo después, colocábamos la primera piedra de lo que hoy es esta hermosa y noble institución, de cuya historia tenemos la fortuna de ser parte.

Y ya situándonos en el contexto que hoy nos reúne, cuando escribía estas palabras, reflexionaba también en lo privilegiada que soy…

Primeramente, porque como miembro de la Olmeca en aquel momento, tuve la fortuna de dar vida a este proyecto que nos propuso Pemex y, posteriormente, como participante del programa, tuve la oportunidad de compartir el aula, conocimientos y experiencias con ustedes, mis entrañables compañeros y amigos de la Maestría en Administración de Empresas para Ejecutivos.

Y hoy, a 25 años de haberse graduado tan especial primera generación, consideré oportuno hacer una remembranza de aquellos inicios…

Corría el año 1995 cuando a la Universidad Olmeca se acercó Miguel Guido Campuzano, quien, por parte de Pemex Exploración y Producción, buscaba llevar a cabo en Villahermosa, una Maestría en Administración de Empresas, auspiciada por una Universidad extranjera, con cuyos representantes ya había hecho contacto en Ciudad del Carmen, pues allí se estaba impartiendo un programa tripartita cuyo esquema nos invitaba a reproducir.

AB Freeman School of Business de Tulane University, en un ambicioso proyecto de posicionarse como una de las mejores escuelas de negocios en América Latina, exploraba opciones en México de la mano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cuya facultad de negocios se encontraba cursando el doctorado en Tulane.

Se contaba entonces con un currículum probado en otras partes del mundo e impartido por profesores del más alto nivel académico; solo faltaba una pieza clave, el socio local que pudiera obtener el registro y autorizaciones correspondientes en México para poder emitir, llegado el momento, los títulos profesionales a los egresados de la Maestría.

El proyecto constituyó un desafío para la joven Universidad Olmeca, que hasta entonces no había incursionado en el área de posgrado, y que, con gran entusiasmo, aceptó el reto.

Sostuvimos con Tulane varias reuniones en las que la comunicación y la confianza estuvieron siempre de manifiesto.

Al poco tiempo viajé a Nueva Orleans para conocer la Universidad; asistí a varias de las clases del programa, verifiqué las instalaciones donde se llevarían a cabo las sesiones del seminario internacional, conocí al equipo de trabajo y la plantilla de profesores, definimos los últimos términos y condiciones; cerramos el acuerdo y firmamos el convenio.

Uno de los puntos en que ambas partes coincidimos desde el principio, fue en la importancia de que esta Maestría se expandiera más allá de Pemex, beneficiando también a empresarios, académicos y funcionarios del sector público y privado; por lo que, además de llevar a cabo las entrevistas a los candidatos de PEP para seleccionar a los participantes, se abrió el programa a otras instancias invitando a otro público a formar parte, y con cuyos interesados se llevó a cabo, de igual manera, un proceso de selección.

Y fue así como finalmente quedó integrado el grupo con 42 participantes: 36 de Pemex y 6 externos.

Al mismo tiempo que conformábamos el grupo, al interior de la Universidad Olmeca llevábamos a cabo la titánica labor de la adaptación de la currícula de Tulane University para registrar el programa ante la Secretaría de Educación, logrando obtener el reconocimiento de validez oficial de estudios en septiembre del 98.

En junio de 1996 dimos inicio formalmente a la Maestría, pasando la estafeta de la Coordinación del programa a mi estimada Margarita Aguilera.

Comenzamos con el curso propedéutico, seguido por la primera parte del programa, impartida en español por el profesorado del Tec de Monterrey.

Para la etapa correspondiente a los catedráticos de Tulane, y toda vez que las clases serían en inglés, se intentó contar con traducción simultánea para las sesiones; sin embargo no fue autorizado, por lo que Pemex solicitó un programa intensivo de ese idioma, mismo que fue diseñado y coordinado por mi apreciada Maricarmen Merediz, impartiéndose cursos de inglés de negocios a los participantes de PEP que así lo requerían, con la finalidad de que todo el grupo alcanzara el nivel óptimo para aprovechar las materias del segundo año.

El tiempo transcurrió… entre intensas jornadas de clase en viernes y sábado, múltiples trabajos de equipo, papers, exámenes y alguna que otra fiesta, pasaron 2 años, en los que atesoramos tantas vivencias que hoy son gratas memorias.

También tuvimos situaciones tristes, como la pérdida del pionero de esta aventura, quien con su persistencia y pasión nos motivó a emprenderla; nuestro apreciado Miguel, a quien hoy recordamos con gratitud y cariño.

Terminaron las asignaturas y era tiempo de la recta final: el seminario internacional en Nueva Orleans, en junio del 98, donde tuvimos extraordinarias experiencias compartiendo clases con el grupo de Maestría de Tulane y realizando también varias visitas de estudio (y de paseo), como la Secretaría de Turismo de Baton Rouge, la John Deere, la Bell Company, la Dirección de Aduanas de Nueva Orleans y la salsa Tabasco en Avery island.

Fuimos muy bien recibidos y consentidos por todo el staff de la School of Business, quienes hicieron nuestra estancia cómoda e inolvidable, como el barbecue que nos ofrecieron como bienvenida y el banquete de despedida en el World Trade Center.

Un segundo grupo, que en junio no pudo viajar por asuntos de trabajo, cubrió el seminario en Tulane en noviembre del mismo año.

Oficialmente la Maestría había terminado y la Olmeca con orgullo lo hacía constar en la ceremonia de egresados, presidida por nuestra Coordinadora, Margarita Aguilera Alemán y con la presencia de los representantes de Tulane y el Tec de Monterrey: el Dean McFarland, John Trapani, Rob Hailey y Eduardo Guzmán. El evento se llevó a efecto el 26 de enero del 99 en este mismo lugar, la entonces Aula Magna, y donde nuestro compañero Arturo Quevedo hizo uso de la palabra en representación de los 37 nuevos Masters que orgullosamente concluíamos el programa, y a los que nos acompañaban familia, amigos y autoridades de Pemex que celebraban con nosotros tan grande logro.

En esta ocasión especial traemos a la memoria los días de esfuerzo y sacrificio que cada uno imprimió a la consecución de la meta académica. Festejamos el compromiso y la dedicación que nos llevaron a ampliar nuestros horizontes, adquirir habilidades avanzadas y seguir transitando en el camino de la excelencia, tanto en el campo académico como en el personal y laboral.

Agradecemos al Sr. Rector, Emilio de Ygartua, que nos haya abierto las puertas de nuestra alma mater, como sede para esta celebración.

Nuestra gratitud también para Margarita, Adelicia, Maricarmen y la comunidad Olmeca que, junto con nosotros, escribieron la historia de esta generación fundadora de la Maestría.

Recordamos con afecto a los que hoy no pudieron acompañarnos: René, José Luis, Jorge Fernández, Horacio, Mayté, Franco, Jorge Hernández, Ernesto, Williams, Adán, Arturo, Jesús, Manuel, Salomé, Roberto Pacheco, Jorge Vargas, Waldo, José Juan… y de manera muy especial a Carlos Hernández, que se nos adelantó en el camino.

Sendas diferentes han tomado nuestras vidas desde entonces; muchas cosas han pasado, algunos compañeros conservaron contacto por todo este tiempo; de otros hemos sabido poco…

Pero hoy estamos aquí, como hace 25 años, en un reencuentro que evoca un sinfín de sentimientos y que nos anima a perseverar tanto en la búsqueda del conocimiento como en el fortalecimiento de la amistad.

Que esta oportunidad refrende nuestro compromiso de formación continua para con ello, ser fuente de inspiración para las generaciones actuales y futuras y lograr contribuir de manera efectiva a la transformación de nuestra sociedad.

Mtra. Nelly Lorena Capdepont Romero
Egresada de la Maestría en Administración de Empresas para Ejecutivos