Tabasco es una fuente invaluable de energías renovables. Mucho se habla de la energía solar, de la eólica, hidráulica o mareomotriz, pero con breves modificaciones a estas, podemos generar otras que puedan ser sustentables para así cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Quiero compartir con la comunidad de la Universidad Olmeca un poco acerca de las energías renovables (ER) que tienen más sustentabilidad o sostenibilidad en relación con el territorio tabasqueño, dándole voz a cuatro alumnos de la carrera de Ingeniería en Energías Renovables con quienes llevé el Taller de Innovación Tecnológica.
Me puse a discutir con ellos la problemática de la sustentabilidad o sostenibilidad, porque en muchas ocasiones se piensa que las ER van a salvar al mundo. Algunas sí, pero otras están causando más problemas que soluciones. Recuerdo que en el primer Encuentro Internacional sobre Energías Renovables y Sustentabilidad que celebramos en 2018 en la Universidad Olmeca, tuvimos una plática de energía eólica que me dejó con la boca abierta: le pregunté al ponente si él estaba a favor o en contra, ya que solo nos dio datos negativos sobre los aerogeneradores, como por ejemplo el hecho de que las cajas de velocidades cuestan alrededor de un cuarto de millón de dólares, y hay que cambiarlas cada cinco años. La hélice es de fibra de vidrio que no se puede reciclar, y por último los postes van a generar unos cementerios de chatarra similares a los de los aviones.
Los alumnos entraron rápidamente a defender sus puntos de vista, y es lo que les quiero compartir: opciones que consideran que se deben probar para ver qué tanta energía pueden proporcionar.
Isaac Cerna: Tabasco, en palabras de Carlos Pellicer, es más agua que tierra, y qué buen punto tiene el ilustre literato tabasqueño, pues es en Tabasco donde desembocan los dos ríos más caudalosos de México: el Grijalva y el Usumacinta. El río Grijalva es el segundo más caudaloso del país y el mayor productor de energía hidroeléctrica en el país, cuenta con un caudal de 2750 m3/s, mientras que el Usumacinta, el río más caudaloso no solo de México sino de Centroamérica, cuenta con un caudal de 5250 m3/s.
Si bien el Grijalva es altamente aprovechado para la producción de hidroelectricidad, últimamente han ocurrido inundaciones devastadoras por el mal manejo de sus presas, lo que vuelve urgente buscar alternativas para la obtención de energía hidroeléctrica. El Usumacinta, por su parte, no ha sido utilizado para producción de energía hidroeléctrica por medio de presas ya que el río sigue un cause plano.
Ante estas dos situaciones entra en juego la energía hidrocinética, que consiste en la capacidad de producir energía renovable de cero emisiones mediante la circulación de agua. Esta tecnología ha sido probada por el Centro Canadiense de Pruebas de Turbinas Hidrocinéticas en Winnipeg, Manitoba, en Canadá y en la Universidad Nacional de Cuyo en la provincia de Mendoza, Argentina.
Nestor Carrillo: La energía eólica es una forma de energía renovable que ha probado ser efectiva en la mayoría de lugares donde se instala, sin embargo no se puede implementar en cualquier lado. Esto representa un reto que consiste en la creación de nueva tecnología en aerogeneradores que pueda adaptarse a las diferentes condiciones y cantidades de viento, las cuales son variantes de región a región.
Aquí es donde entra la energía minieólica, que consiste en desarrollar sistemas eólicos a menor escala que los convencionales, es decir, el uso de aerogeneradores más pequeños en cuanto a tamaño y producción, capaces de adaptarse a corrientes de viento menos intensas que las requeridas en una granja eólica y de proveer de energía a pequeñas y medianas edificaciones.
De estos hay de todo tipo, y aunque presentan desventajas como complicaciones en el par de arranque, esto no detiene la constante mejora de estos sistemas. Prueba de ello es Wind Cube, un sistema modular para producción de energía eólica de escala doméstica diseñado por Liao-Hsun Chen de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Taiwán en 2011, que consiste en pequeños módulos eólicos 3D cada uno con una hélice conectada a un generador que puede crear energía en casi cualquier situación.
Por otra parte, Mishelle Marín y Oscar Cejudo me hablaron de la biomasa. Hay una gran cantidad de materias orgánicas que pueden generar energía, pero no todas generan la misma cantidad de watts. Nos comentan que, si por ejemplo tomamos como generador de energía a la madera, los costos de operación de aprovechamiento pueden ser muy diferentes, según la empresa, las condiciones del sitio y la capacidad.
Involucran a los costos fijos, que son la suma de costos que se deben pagar independientemente de la cantidad de energía generada por la instalación. El rango de valores de costos fijos en instalaciones de generación de electricidad con biomasa es muy amplio, variando entre 10 y 160 dólares por mega watt.
Los costos variables de generación de electricidad con biomasa corresponden básicamente al costo de adquisición y manejo del combustible, más otros gastos variables de operación y mantenimiento.
CV
Profesora investigadora de la Universidad Olmeca. Estudió ingeniería en Sistemas Electrónicos en el Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey; la maestría en Gestión de Tecnologías de Información en la Universidad Tec Milenio, campus Villahermosa; y es doctorante en Administración y Políticas Públicas por el Instituto Nacional de Administración Pública. Actualmente se desempeña como directora general de Modernización Administrativa de la Secretaría de Administración e Innovación Gubernamental del Gobierno de Tabasco.